
La Junta Directiva de Fedetaxi redacta una carta abierta de los profesionales del sector español ante las elecciones generales del 20 de diciembre.
El Sector del Taxi en España es un sector de la economía del que participan más de 70.000 trabajadores autónomos y da sustento a casi 100.000 familias en todo el país. Genera unas cifras globales de facturación de 4.000 millones de euros anuales, de los que más de la mitad van destinados a las arcas públicas, según nuestras estimaciones.
El servicio público de transporte de viajeros que prestan los taxis, supone un modelo exitoso y de satisfacción general de sus usuarios en las grandes urbes (las quejas no llegan al 0,0006%) y su capilaridad permite que las pequeñas ciudades y el medio rural puedan suplir las carencias del transporte colectivo, y todo ello sin coste de implantación para los ayuntamientos y gobiernos autonómicos.
La composición social e ideológica de nuestro sector es tan heterogénea como la de la sociedad española, por tanto, las manipulaciones políticas que algunos pretenden hacer de este colectivo resultan inútiles además de sectarias. El hecho de que algunos profesionales exhiban publicidad -permitida por la ley- de formaciones políticas, no supone en ningún caso la adscripción del colectivo, ni siquiera la personal, a dichos partidos y a sus programas.
Y es, en este punto, el de los programas, donde FEDETAXI quiere denunciar cómo ninguno de los partidos concurrentes a las próximas elecciones lleva en sus programas alguna referencia al transporte en taxi, y en general casi ninguna a la ordenación del transporte de viajeros en general.
La realidad nos ha demostrado en los últimos años que no existe tal política, ni tampoco interés en abordarla con seriedad y rigor. La aparición de nuevos operadores del sector, bien bajo la fórmula de empresas disfrazadas de economía colaborativa que han resultado ilegales, bien como intermediarios tecnológicos legales, o los nuevos sistemas de carpooling y carsharing, pone de manifiesto la necesidad de tener una política concreta y racional sobre este sector.
El abandono de toda política local, autonómica y estatal, relativa a la regulación eficaz y con visión ordenada en este sector, ha generado que su futuro esté pendiente de decisiones judiciales y de la ruptura de un mercado estable y eficiente, que disfrutamos hoy, para abrir un panorama inestable e inseguro para los profesionales del taxi de España. E insistimos en que lo más peligroso de esa inestabilidad es la falta de propuestas y programas concretos en el panorama político que concurre al 20-D.
En el fondo, esas son las razones que explican las numerosas manifestaciones y movilizaciones que ha efectuado el sector del taxi en los últimos años. El desamparo en el que se encuentra un sector regulado que se asoma al abismo de la desregulación sin conocer que haya un criterio político para abordar su futuro.
Los poderes económicos persiguen transformar la actual estructura económica de explotación del servicio público del taxi en España, prestada al 98,3% por trabajadores autónomos, hacia un sector dominado por las multinacionales. Se busca la creación de grandes operadores en manos de multinacionales que precaricen la posición del taxista autónomo y puedan repartirse entre no más de 10 empresas un mercado que ahora está en manos de 70.000 autónomos. No podremos hablar en ningún caso de mayor competencia, ni de mejor servicio al usuario, pero sí de que el mercado estará en manos de quienes los que mandan en el mercado quieren que esté.
Tampoco podemos admitir el modelo de falsa economía colaborativa que promueven plataformas como Uber y similares, pues además de no suponer la solución a las necesidades de transporte sostenible de las ciudades, el perjuicio que ese modelo infringe al sistema fiscal y a la seguridad social son de tal tamaño que de cundir, la economía sumergida, la precariedad y la desaparición del derecho a un transporte público eficiente y sostenible serían los valores imperantes.
Las organizaciones de taxistas no vamos a permanecer inertes ante este desmantelamiento de la figura del trabajador autónomo, ni ante el intento de sustituirlo por operarios precarios, autónomos o no.
Por ello, reclamamos de quienes aspiran a gobernarnos, igual que a quienes nos han gobernado, que afronten los problemas de nuestro sector con miras al interés general, a la mejora de los servicios públicos, de la movilidad sostenible y a la protección del tejido socio-económico existente en nuestro país, exponiendo y explicando cuáles son sus políticas concretas para problemas concretos, sin que el sector del taxi sea utilizado como trampolín publicitario para espurios propósitos electorales y abandonado a su suerte y a la falta de criterio y regulación una vez pasen las elecciones generales. Sean quienes sean los encargados de dirigir este país los próximos años, para trabajar en un futuro que otorgue seguridad y estabilidad a esta digna profesión del taxi, nos encontrarán siempre de su lado, pero nunca para desmantelar el sector del taxi en perjuicio del interés general.
La Junta Directiva de FEDETAXI