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El diálogo social para abordar la cuarta prórroga de los ERTE sigue encallado y sin acuerdo. El principal escollo se encuentra en la propuesta del ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, quien aboga por incluir cambios en las cuantías de las exoneraciones que reciben los empresarios que han solicitado un ERTE. Quiere ofrecer una mayor reducción a los trabajadores que se reincorporan frente a los que permanecen suspendidos, al contrario de la fórmula de igualdad entre ambos vigente hasta ahora.

Desde Cepyme afirman que otro de los principales obstáculos para alcanzar un pacto reside en la cláusula de mantenimiento del empleo, es decir, el veto a los despidos, que ellos piden modificar ante la situación de asfixia de muchas empresas, aunque inciden en que desde el Gobierno no han accedido siquiera a tratar el tema ni tampoco lo han incluido en la agenda de puntos de negociación. Por esta razón, los problemas para alcanzar un acuerdo no están en Trabajo sino en Seguridad Social, de quien depende las exoneraciones a las cotizaciones.

Durante la reunión con el secretario de Estado de la Seguridad Social y Pensiones, Israel Arroyo, y con el secretario de Empleo, Joaquín Pérez Rey, los interlocutores sociales volvieron a insistir en una cuarta prórroga con las mismas condiciones que las anteriores. La propuesta ha sido rechazada en los últimos días tanto por sindicatos como por patronal; todos a una reclaman mantener las mismas reglas que en las prórrogas anteriores y en concentrar las exoneraciones de cotizaciones a la Seguridad Social en los trabajadores que se quedan en el ERTE, no en los que salen y se reincoporan de nuevo al mercado laboral.

Cristina Antoñanzas, vicesecretaria general de UGT, ha señalado al término de la reunión sin acuerdo, como recoge Servimedia, que «los ERTE son un instrumento que ha evitado la destrucción de empleo y ha sido una herramienta eficaz para proteger el empleo». Fuentes de ATA, por su parte, recalcan que no van a aceptar «una prórroga sin las mismas condiciones porque no sería una prórroga».

Escrivá apuesta por ir bajando poco a poco estas exoneraciones de los empleados en ERTE desde junio hasta septiembre, momento en que se recortarían hasta el 50%. Al mismo tiempo, aquellos que regresaran a la actividad contarían con unos mayores descuentos en sus aportaciones a la Seguridad Social. Para los primeros tres meses el recorte sería del 30%. A 17 de mayo se contabilizaban unos 580.000 trabajadores acogidos a este paraguas de protección del empleo.

Más allá de ello, fuentes presentes en la reunión señalan que la actual propuesta de prórroga también incluye dejar fuera a sectores de actividad que antes sí estaban incluidos en las facilidades del esquema. Por ejemplo, el de los transportes por carretera.

Texto extraído de ABC.es